ÉXODO XANHARISÏ
Mística
Éxodo es el segundo libro de la biblia, dentro del antiguo testamento. Sus hechos nos narran la esclavitud de los hebreos, el pueblo de Israel en el antiguo Egipto y su liberación a través de Moisés, quien los condujo hacia la tierra prometida. Por ello en el caminar del pueblo de Israel durante el éxodo, los adolescentes y dirigentes nos sentimos identificamos con las siguientes etapas:

Esclavitud
Descubre su situación de esclavitud y clama a Dios (Ex 2,23). “Nosotros adolescentes también clamamos por nuestra libertad de identidad. Le pedimos a Dios que nos enseñe a valorar la vida y a promover que otros la valoren”.
Libertad
Pascua: Dios responde diciendo que Él es Yahvé, nuestro Dios, presencia asegurada en la historia, prometiéndonos la libertad, que se realiza con signos admirables como son las plagas (Ex 7,14-11,10) y el paso del Mar Rojo (Ex 14, 15-31). “Cada uno de nosotros experimenta esas plagas, ese paso por el Mar Rojo de distinta manera. Pero Dios ve, escucha el clamar y decide bajar a liberarnos. Nuestro paso como adolescentes, lo hacemos con nuestra tribu, que es una comunidad que nos acompaña y nos ayuda a encontrar a Dios y así liberarnos, es decir, encontrar a Dios que es el camino de la libertad”.

Desierto

Un duro y difícil caminar para llegar a la libertad (Ex 15, 22-17,7: Dt 8 1-6).
“Como adolescentes nos encontramos caminando por el desierto en busca de la tierra de la vida abundante que Dios nos ha prometido. Esto nos exige aprender a tomar decisiones responsables. Pero a veces se da en nosotros la rebeldía por no entender lo que pasa y sentimos deseos de regresar a Egipto, al estado en que no había responsabilidades, donde no había libertad”.
El desierto para el adolescente es cuando no sabe a dónde va y quién va a ser y se hace preguntas como: “¿Quién soy?, ¿Qué me hace libre?, ¿Cuáles son mis cualidades y defectos?, ¿Qué voy a hacer cuando sea grande?, ¿Qué quiere Dios de mí?, ¿Qué puedo apostar a los demás?”.
Alianza
Ley de Dios, en medio de las dificultades y caídas, nosotros, el pueblo de Dios, comenzamos de nuevo y hacemos una alianza con Dios. El promete estar con nosotros para siempre y nosotros nos comprometemos a estar unidos a Él para siempre. (Ex 19 y 20).
Cuando el adolescente se compromete a estar unido con Dios para siempre entonces se encamina a seguir los pasos de Jesús y toma sus decisiones, siempre pensando “¿Qué haría Jesús en mi lugar?”, Se orienta con el Evangelio, acude a los sacramentos, busca dirección espiritual e invoca al Espíritu Santo como luz y guía en señal de la alianza a la que se ha comprometido.


Tierra Prometida
Es el lugar de la libertad, de las responsabilidades, de la vida en comunidad, la tierra que mana leche y miel (Dt 34, 1-4: Jos 1, 1-9). “Un lugar donde encontramos nuestra identidad, lo que somos y que Dios quiere que seamos. Por fin encontramos nuestra identidad personal y grupal. Esto lo sabemos porque hay una tranquilidad interior, no hay dudas, ni miedos, sabemos que vamos caminando en la tierra prometida, no hay nada escondido, ni nada que ofenda a Dios, hay paz, la paz que solo Dios nos puede dar”.
UNIDOS CON CRISTO PARA SIEMPRE